La F-1 versión 2018 no para de entregar emociones. Después del sorprendente error de cálculo que marginó de la victoria a Lewis Hamilton (Mercedes) en el GP de Australia, que le dejó el festejo a Sebastian Vettel (Ferrari) y de la lección de manejo del propio Vettel en el GP de Bahrein para reforzar su liderazgo en el torneo, ahora fue Daniel Ricciardo (Red Bull) el que sorprendió con su gran triunfo en el GP de China.
Luego de largar sexto, nadie ponía a Ricciardo entre los candidatos a subir al escalón más alto del podio en Shanghai. Sin embargo, su manejo sin errores, una acertada estrategia y esa dosis de suerte que siempre es bienvenida, le dieron su sexto éxito en la “máxima”.
La primera parte de la competencia fue una pulseada entre Vettel y Valtteri Bottas (Mercedes), pero la salida del auto de seguridad en la vuelta 31 cambió todo.
Ricciardo, tras cambiar neumáticos, protagonizó una escalada soberbia. Primero superó a Kimi Räikkönen (Ferrari), que también lideró durante algunas vueltas. Después dejó atrás a Hamilton y a Vettel y a falta de 11 giros para la bandera de cuadros le ganó la primera posición a Bottas con una gran maniobra. “A veces me pregunto por qué escogí este deporte en el que hay tantas cosas fuera de tu control y que hacen que te deprimas mucho, pero cuando tienes un día como este vale cincuenta de esos malos”, expresó el ganador.
Vettel tuvo un encontronazo con Verstappen que lo retrasó. “Debería haber esperado una vuelta más”, dijo sobre la acción del holandés, que fue penalizado con 10” y también recibió un tirón de orejas de su equipo por su falta de paciencia. “No puedo cambiar nada, sólo analizar mi comportamiento”, se sinceró el joven Max.
Hamilton aprovechó para sumar buenos puntos y ponerse a nueve de su rival. No obstante, no ocultó su preocupación por la falta de competitividad de su auto.